TODO A NUESTRO ALREDEDOR ES HISTÓRICO.

Por: José Francisco Morales Suárez

El célebre historiador francés del siglo pasado, Marc Bloch, quien fuera uno de los principales exponentes de la corriente Annales, expuso en alguno de sus muchos ensayos sobre historiografía, las siguientes palabras: “Allí donde [la historia] huele la carne humana, sabe que está su presa”. Lo anterior lo digo por la creciente discusión existente entre los académicos e investigadores del pasado humano sobre la forma en que se debe de obtener este conocimiento ya ocurrido. Tengo la percepción de que se nos ha obligado a sacar este saber histórico mediante el documento escrito. No es que yo tenga un conflicto con los archivos y bibliotecas de mi lugar de origen, pero creo muy firmemente que solamente consultando los documentos escritos, estamos frenando gran parte de lo ocurrido en algún lugar del tiempo pasado.

El archivo escrito claro que es parte importante del quehacer del historiador, pero no lo es todo. Un contemporáneo y amigo de Marc Bloch, su compatriota Lucien Febvre, mencionó alguna vez en un ensayo: “La historia se hace con documentos escritos, sin duda. Cuando los hay. Pero puede y debe hacerse con todo lo que la ingeniosidad del historiador le permita utilizar… Por lo tanto, con palabras. Con signos. Con paisajes y con tejas. Con las formas del campo y de las malas hierbas. Con los eclipses de luna y con los arreos de los animales de tiro. Con las peritaciones de piedras de los geólogos y los análisis de espadas de metal hechos por los químicos.” A lo anterior, otro historiador, Henri Marrou, opinaba: “todo aquello que, en la herencia subsiste del pasado, pueda interpretarse como un indicio que nos revele cualquier cosa de la presencia, la actividad, los sentimientos, la mentalidad del hombre de otro tiempo; todo integrará nuestra documentación.”

De esta manera, un edificio, un fonógrafo, la ropa de hace doscientos años, el armamento utilizado en las campañas militares, un grupo musical, una pintura de un museo o un grafiti de la calle, por mencionar sólo algunos ejemplos, serán parte importantísima para tratar de comprender el pasado de las personas que estuvieron antes que nosotros. Un profe de la licenciatura nos decía que la información histórica no solamente está en los archivos o bibliotecas de la ciudad, también está en las calles, edificaciones y monumentos, en la forma de hablar, pensar y de creer de las personas, allí también está la información, sólo hay que interpretarla y hacerle las preguntas correctas para revelar parte de lo sucedido.

En mi opinión muy subjetiva, la corriente historiográfica de Annales, ha tenido mucha razón con esta forma de rescatar algo del pasado de los hombres.

 

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13 comentarios en “TODO A NUESTRO ALREDEDOR ES HISTÓRICO.”

  1. Raquel Sáenz Ortiz Says:

    Estoy completamente de acuerdo con José Francisco Morales Suarez. Por medio de mi formación antropológica, aprendí que las acciones humanas, el arte de las calles, la arquitectura y otros hechos humanos nos presentan con fuentes inapreciables. La escuela Annales fue la primera escuela historiográfica que reconoció ese valor. Historiadores como Lucien Febvre y Marc Bloch tenían una gran pasión por conocer la humanidad en su profundidad. Sin duda, la historia no se encuentre solamente en los documentos. La historia se encuentre por todos lados. Podemos aprender mucho del pasado reciente de la historia oral. Podemos entender movimientos juveniles por el grafiti. Podemos aprender sobre perspectivas de la sociedad por medio de la música.

  2. Casandra Valenzuela Says:

    La corriente historica de los Annales, es producto de varios factores contextuales, de un hombre que quiera romper con ciertos paradigmas con la teoria que se habia producido alrededor de los siglos.
    Concuerdo en que el archivo histórico es importante pero no lo unico esencial para el historiador, como Lucien Febrve menciona los historiadores son personas curiosas por excelencia, no se deben conformar con solo los documentos y deben ir más allá.
    El uso de otras fuentes documentales es uno de los constantes desacuerdos entre los historiadores, como el de hacer una historia objetiva.

  3. Melisa Galleguillos Says:

    Estoy de acuerdo con lo que presenta nuestro compañero José Francisco, ya que no debemos acatarnos a que todo lo encontraremos en un archivo, y más en un documento, ya que si nos ponemos analizar el contexto de nuestro objeto de estudio que es el hombre, este se aprecia no sólo desde a perspectiva de un documento, sino que por las acciones en la cotidianidad misma, es decir, por todos los medio que pudo utilizar de expresión.
    Y claro, es de debatir el asunto que nos persigue sobre si nuestro trabajo tendrá la misma veracidad si lo que escribimos esta sustentado por un «papelito» pero como mencionan mis compañeras más arriba, no es lo único en lo que nos podemos fundamentar para afirmar un hecho, y el ingenio del historiador es mucho más grande que ello.

  4. Angélica Lucero Gutiérrez Terán Says:

    El comentario del compañero es muy acertado, pues se tiene una visión tradicionalista de que el historiador es al archivo. Sin embargo, se ha probado que no sólo en el documento se encuentra infomación sobre el pasado, en todo lo que nos rodea,en toda creación voluntaria o involuntaria del hombre, se encuentra evidencia de ese pasado.

  5. Yolanda Araceli Torres Aguilar Says:

    Concuerdo contigo, el documento o material de estudio, no necesariamente lo vamos a encontrar escrito; el historiador debe de tener siempre la mente abierta para recibir información, aplicarse por completo en la investigación y sobre todo tener la habilidad para captar detalles diminutos que pueden hacer la diferencia al momento de la pesquisa.

  6. Marco Hernández Says:

    En la formación del historiador se debe de apreciar las diversas fuentes ya sean tangibles o intangibles, estó nos lleva a desarrollar una mejor apreciación de nuestro entorno, el cual nos da la oportunidad de buscar respuesta en las cosas menos imaginables. Entoces si lo vemos desde una perspectiva de que un edificio, un documento, una cancion , una pintura nos proporciona información para una investigación, debemos cuidar ese patrimonio, ya que será el que nos de un antecedente de nuestro pasado y lo mejor es que esta a nuestro alcance y no en nuestro imaginario.
    Muy buena la idea de los Annales al no limitarse sólo en los documentos, que son muy importantes, pero no los on todo. Excelente comentario.

  7. Arisbet Zavala Medina Says:

    «Todo a nuestro alrededor es histórico» cierto¿por qué? pues porque todo el entorno tiene algo que enseñarnos. Si nos quedaramos sólo con una fuente nuestro trabajo sería pobre en el sentido de que no todo se encuentra en un «documento escrito». Por eso cabe recalcar que nuestra trabajo como historiadores es muy importante aunque a veces no nos demos cuenta; nuestra labor va mucho más allá de recopilar datos y presentarlos como si no pudiéramos sacar más provecho de ello.

  8. Altagracia Rocha Martínez Says:

    Sin querer ser aguafiestas, aunque de acuerdo con la idea central de la aportación, es importante considerar los problemas metodológicos a los que se enfrenta el historiador al trabajar con documentos tan ambiguos como un edificio, una pintura o una canción. Si bien en estos se manifiestan símbolos explícitos de algún pensamiento, no es tarea sencilla definir lo que de facto ocurrió y lo que llega a ser ilusión o valores adjudicados desde nuestra propia cosmovisión. Nadie duda que estos sean documentos, pero ¿cómo se van a emplear; cómo los vamos a leer?

  9. Leonardo Daniel Flores Ponce Says:

    Estoy de acuerco con que todo es historia. Abarco también, que tanto el material como los personajes y hasta el mismo vocabulario llega a tender con su propia historia.
    Esto comprueba que la historia nos llega por medio de un placer y de una manera existe. De esta manera el único que manipula la historia es le hombre a su gusto, ya hemos visto que Flores Cano muestra con los arquetipos varias formas en las que el hombre acomoda la historia, e incluso llega a mentir, un ejemplo es le hombre de antes ce se hace ser un dios, aquí recurre a la divinidad. pero no todos tienden a seguir una historia sola.

  10. Luz Andrea De Leon Ramirez Says:

    Me gusta mucho ir a los archivos y ver los documentos y libros que ahí se encuentran. Solía hacer mi servicio social restaurando periódicos en el Archivo General del Estado. En lo personal, me encanta trabajar con documentos, y creo que a falta de ellos, me costaría mucho trabajo realizar una investigación. Sin embargo, no me cierro a la posibilidad de interpretar pinturas, leer la literatura de una época (que me encanta, por cierto), ver la arquitectura de un templo, etc., porque todo es información útil. No dudo de los problemas a los que se enfrenta una persona que depende de estas fuentes, pero finalmente el historiador debe hacer lo que puede con lo que tiene.

  11. Madeline López Hernández Says:

    Es cierto, el hecho de Hacer Historia es exitante: no sólo se puede realizar una investigación sólida con las clásicas fuentes de primera mano, tales como los documentos jurídicos, los periódicos, algunas cartas, relaciones estadísticas…, sino que también se vale de monumentos, del lenguaje, de actividades cotidianas y demás hechos para obtener un buen fruto de investigación. Todos somos históricos, por lo tanto, nuestras acciones nos convierten en problemas de investigación. Actualmente, la historia oral ha tomado un papel con bastante importancia al igual que los dichos documentos históricos. Todo depende de la innovación que uno como historiador desarrolle para alcanzar esos objetivos bien definidos. Claro, aún sigue fluyendo la idea de que «papelito habla» al momento de darle cierta validez a las investigaciones históricas, pero para historiar también se requiere una visión crítica, de mentalidad amplia y con la capacidad de hacer lo que se quiere con entrega y pasión, con argumentos lógicos. En concreto, Historia es todo, y todo tiene su peso significativo por más simple que pueda parecer.

  12. Fernando Noriega Says:

    Incluso el célebre historiador mexicano, Luis González, materializa esta forma de pensar cuando dice que «Todo es historia». Todo es historiable y el historiador debe valerse de todas las fuentes que tenga a la mano para poder sustentar con la mayor claridad posible sus hallazgos. Hay que recordar también, que el historiador debe valerse de la ayuda de otras ciencias y maneras de interpretación para poder sacarle el provecho adecuado a esas fuentes como podría ser la arqueología con los vestigios materiales del hombre. Hay que recordar por otra parte que un historiador puede hacer historia a partir incluso de un sólo vestigio. A pesar de que su investigación no iría muy lejos, el simple hecho de analizar una fuente desde todas las perspectivas que el saber humano tiene para nosotros, nos deja tener una infinidad de interpretaciones y conclusiones de donde escoger para realizar nuestra investigación.


  13. Es la primera vez que comento en este blog como muchos otros comentan en otras entradas: «totalmente de acuerdo», pues pienso también que «solamente consultando los documentos escritos, estamos frenando gran parte de lo ocurrido en algún lugar del tiempo pasado». Ahora bien, a la pregunta de cómo leeremos lo que no es documento hecha por Altagracia, responde Fernando. Si no sabemos hacer algo, hay que aprenderlo, no decir solamente que no podemos. La historia es todo, todo a nuestro derredor es histórico, sea humano. sea animal (pues las razas y especies tienen también su historia, sea salbaje o domesticada) o sea abiótico.


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